PODER MUNDIAL: DECLIVE Y AMENAZA III

Decíamos en la nota anterior(1) que el propósito de acelerar la transición hacia un mundo multipolar, por parte de China, Rusia y otros grandes países del planeta, frente al intento occidental de mantener una unipolaridad moribunda, constituyen el complejo encuadre internacional en el que a Abya Yala le toca desplegar y consolidar su identidad joven y original.

De hecho, la intención occidental de impedir o detener su declive, se traduce en una serie de acciones que constituyen verdaderas amenazas para varias regiones del planeta. Entre ellas, la colosal amenaza hacia nuestro subcontinente; porque la eventual pérdida del dominio occidental sobre Abya Yala, mostraría ante el mundo entero, incuestionablemente, su debilitamiento como bloque de poder preponderante. De esta amenaza y sus diversas facetas, nos ocuparemos en la presente nota.

La faceta amenazante de mayor peso para nosotros en la actualidad, es la económica. Consiste en la utilización de mecanismos financieros, productivos y comerciales, para lograr que nuestros países actúen de acuerdo con los intereses de Occidente – especialmente de E.E.U.U. – y no puedan avanzar en acciones contrarias a ellos. Ejemplos de este tipo de amenaza, hay infinitos; desde la suba de tasas de interés haciendo imposible la toma o devolución de préstamos públicos y privados, hasta la implementación de barreras comerciales muy difíciles de superar para las exportaciones de nuestros territorios, o de reducciones mayúsculas de precios a sus exportaciones, de modo que esos productos no puedan producirse en los países de Abya Yala, pasando por la subordinación de nuestras políticas monetarias a las variaciones de su moneda – dolarización mediante, por caso – o la adquisición directa de tierras, minerales, industrias, etc. existentes en nuestros territorios. Si bien estas amenazas se fundan en una estructura económica tradicionalmente dependiente Europa y Estados Unidos, su activación actual constituye un enorme y riesgoso obstáculo para el surgimiento de una Abya Yala autónoma. Se puede predecir, en efecto, que para detener su declive, Occidente va a intensificar significativamente, de ahora en más, las amenazas arriba detalladas sobre nuestros países. De manera tal que la toma y ejecución de políticas y medidas económicas autónomas, nacionales y/o regionales, se verán si no impedidas, sí enormemente dificultadas en lo inmediato.

Otra faceta amenazadora es la política, consistente en la utilización de las relaciones diplomáticas, las organizaciones regionales, como la OEA, y los tratados, como el UE-MERCOSUR, para “acordar” líneas de acción favorables a Occidente o, en caso de no poder lograrlas, implementar bloqueos y sanciones múltiples contra los países de Abya Yala que no las acepten. Asimismo, esta faceta incluye la promoción, respaldo y/o profundización de las disidencias internas en cada país y entre nuestros países, hasta llegar incluso a apoyar el surgimiento de guerras civiles o entre algunas naciones del subcontinente. No pocas de estas acciones políticas están respaldadas por la posibilidad de intervenciones militares estadounidenses en Abya Yala, apoyándose en sus instalaciones castrenses ubicadas en nuestros territorios o en sus cercanías. Ejemplos de este tipo de faceta amenazante, son, por caso, el intento de impedir que los países del subcontinente incorporen proyectos industriales, científicos o tecnológicos chinos o rusos, los acuerdos de “asistencia militar” estadounidense que significan su intervención directa en políticas públicas y la implementación de castigos, como el prolongado bloqueo de Cuba o las actuales sanciones contra Venezuela. Específicamente, lo que se puede esperar en lo inmediato, más allá de la intensificación de medidas de esta naturaleza sobre cada país, es el intento de regionalizarlas, estableciendo así un marco político-militar sobre el conjunto de Abya Yala, que empantane y obstaculice cualquier intento de incrementar la soberanía sucontinental.

Por último, quizás una de las facetas amenazantes menos visible y más profunda y duradera, sea la que se funda en el desarrollo de acciones de carácter cultural. Consiste en influir por todos los medios de comunicación, educación, capacitación e información posibles, para que nuestras sociedades adopten los valores y formas de vida propias de Occidente. Para concretar esta amenaza, cuentan con un marco histórico social favorable a su cultura y fuertemente penetrado por ella. Pero su adecuación a los paradigmas contemporáneos del poder occidental, les resulta esencial para que la subordinación mental colectiva sea efectiva y actualizada, a la vez que profundiza el rechazo a los valores propios de nuestra Abya Yala. Así, por ejemplo, paralelamente a la promoción del individualismo más acentuado y extendido a todos los aspectos de la vida humana que hoy promueven, impulsan la desvalorización de nuestra tradicional cultura solidaria y comunitaria. Fortalecen de esa manera, además, nuestro miedo a ser lo que somos, obstaculizando cualquier intento sustancial y sistemático de Abya Yala por realizarse de acuerdo con sus propios modos de ver, sentir y actuar en el mundo.

La conjunción coordinada, sistemática y perfectamente organizada en la actualidad de estos tres tipos de amenazas, explican el carácter de colosal al desafío que, como Abya Yala, debemos enfrentar y resolver inmediatamente; para, si así lo deseamos, desplegar y consolidar la identidad joven y original que somos.

Lic. Carlos A. Wilkinson

(1) PODER MUNDIAL: DECLIVE Y AMENAZA II chevosquiensos.wordpress.com/2024/03/18/poder-mundial-declive-y-amenaza-ii/

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